DESPERTAR LA MIRADA ES FÁCIL
por: Josefina Armendariz
“Asteroides: misión extrema” es la actividad principal del Planetario de la ciudad de Buenos Aires. A seis meses de su reinauguración, el centro turístico renovó su infraestructura y sus muestras, la estrategia: hacerlo más accesible.
Es poco común interesarse acerca de la existencia de lo que hay más allá de la capa de ozono y son menos quienes se toman el tiempo de ver las estrellas detenidamente. Ir al Planetario educa la mirada y la despierta ante los grandes fenómenos de la naturaleza y el espacio.
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Como todos los viernes del 2018, el pasado 19 de abril tuvo lugar en el Planetario Galileo Galilei el espectáculo “Asteroides: misión extrema”. El día estaba nublado y desde la Avenida Sarmiento se veía un bloque rojo, un grupo más que realizaba una excursión al lugar. Más cerca, los turistas ocupaban la rampa del lugar y esperaban en fila a que sean las 13 para ingresar al domo, donde sería el espectáculo.
Mientras aguardaban, las personas aprovechaban el tiempo de espera para sacarse fotos junto al lago o el icónico edificio que nuclea el parque. Ambos fueron renovados el año pasado, para estar en condiciones correctas a 50 años de su inauguración. “Está inspirado en Saturno, recrea la idea de un espacio extraterrestre que visitamos para escapar de la Tierra por un momento”, comentó Juana Ibáñez, guía de uno de los grupos. Si algo no es blanco, es gris o de algún color claro, pero todo es triangular, sobrio y limpio. “La renovación fue planeada para volverlo icónico y hacerlo más accesible”, agregó Ibáñez.
Entre murmullos se distinguían algunas voces extranjeras: “La lluvia nos trajo al Planetario, no estaba en nuestros planes”, pareció decir Joaquim en portugués-español. Más adelante en la fila, un grupo de chicos se acomodaba para entrar al espectáculo por primera vez, no paraban de mirar y preguntar por todo, estaban atentos a todos los detalles. El clima era tranquilo, más allá de los grandes grupos que lo visitaban. Es una salida accesible, las entradas pueden comprarse en el lugar o por internet y no superan los 120 pesos por persona.
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La puntualidad estaba asegurada: la fila empezó a avanzar a las 12:55 con dirección al domo, en el tercer piso. El edificio no es muy grande, y el recorrido finaliza con el ingreso a la cúpula, donde el frio irrumpe. Mateo Giménez, acomodador encargado de los espectáculos del Planetario, explicó que dentro del domo hacen 20 grados para crear la sensación de estar en otro planeta. Y funciona. La estrategia está bien lograda: adentro, la gente se acostó en las butacas para ver un fondo turquesa que, junto a la música instrumental y las bajas temperaturas, inducía la calma y la sensación de estar fuera del mundo.
Como al salir del cine, la gente se encontraba confundida por el cambio de luz y de temperatura
A las 13 en punto, la oscuridad se volvió inagotable, y de repente el cielo se abrió: la cantidad de estrellas que se podían ver era incalculable. Unos segundos de silencio, el frio y el cielo estrellado alcanzaron para generar la atención de la gente, hasta que la guía irrumpió con una frase que dejó al salón más taciturno de lo que se encontraba: “Así veríamos el cielo de la ciudad de Buenos Aires sin la contaminación lumínica. Nuestras luces compiten contra las de las estrellas”. La sala, que estaba callada, interrumpió su respiración por un segundo.
La última renovación del Planetario lo convirtió en uno de los mejores del mundo. Crédito: JA.
La guía comenzó a hablar de estrellas, constelaciones y los ciclos de los astros. Era una especie de clase educativa donde la gente escuchaba porque eran curiosidades que quizá alguna vez se habían preguntado. Luego se detuvo y el documental comenzó. Es una adaptación de National Geographic que explica cómo los asteroides podrían ser utilizados como vías de transporte para conocer otros planetas. El público mantuvo la concentración durante toda la función. “Nunca creí que algo tan lejano podría alcanzarme tan cerca”, expresó Lucía Osterc, una joven del United High School de Belgrano. La salida fue ordenada, pero un poco desorientada. Como al salir del cine, la gente se encontraba confundida por el cambio de luz y de temperatura, a algunos incluso les costaba bajar las escaleras.
El Planetario reunió gente de diferente edad, nacionalidades e intereses y pareció haber sorprendido a todos. Ver detalladamente el cielo es cada vez menos posible y este lugar no solo ofrece ese privilegio, sino que también hace todo para que nos impacte y así conozcamos su valor.
Sitio oficial para comprar entradas y leer acerca de las atracciones: http://www.planetario.gob.ar/
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