AVEX, un sitio para aprender a armar tu avión en casa

UN PASATIEMPO DIFERENTE

La Asociación Argentina de Aviación Experimental reunió en San Martín a fanáticos de la aeronáutica que construyen sus propios aviones artesanales.

Por: Sofía Altuna

“Es una satisfacción enorme poder decir: ‘Esto lo hice yo y lo estoy volando’”, describió Carlos del Negro, presidente de AVEX (Asociación Argentina de Aviación Experimental). Está jubilado, tiene 73 años y sueña con volar un avión construido con sus propias manos desde que de pequeño arrastraba sus prototipos de juguete en bicicleta. Reconoce que es un pasatiempo que requiere muchísima paciencia, pero aspira a terminar su aeronave a fin de este año o el próximo para recorrer los mil kilómetros que lo separan de Tucumán, su provincia natal.

“Todavía nos falta mucho”, reconoció el presidente de AVEX, quien aspira a que la asociación continúe creciendo. (S.M.A)

Convencidos de que no se necesita ser un ingeniero aeronáutico o un genio para construir un avión casero, llegaron a AVEX, la única asociación de Argentina de aviación experimental, hombres de todas las edades y profesiones a adquirir nuevos conocimientos de la aeronáutica. Como todos los segundos sábados del mes, el 14 de abril a las 10 de la mañana se dio inicio a la jornada de charlas de divulgación de conocimientos para la fabricación de aeronaves.

Las charlas informativas están planificadas para lo que resta del año. (S.M.A).

Cuando empezaron las exposiciones, ya se encontraban reunidas 17 personas entre estructuras de madera inacabadas y aviones caseros en el galpón de AVEX en San Martín, al norte del Gran Buenos Aires. Otros, en cambio, asistían el evento a través de la transmisión en vivo por la página oficial de Facebook de la asociación. Se dieron por acabados los saludos entre compañeros y Miguel Angel Melli, el primer orador de la jornada, inició su exposición sobre estructuras volantes.

Sin recurrir a fórmulas demasiado complejas, el orador describió las medidas de seguridad claves para que cualquier estructura volante resista cargas aerodinámicas. Además, aseguró que la única forma de hacer un avión sin ser un experto es copiando con espíritu crítico y con “algún porcentaje de suerte”.

Aunque la mayoría de los presentes tienen inconclusos sus proyectos, algunos ya consiguieron elevar sus construcciones al aire. Eduardo Manrique, o “Pajarito” como lo apodan sus compañeros en honor a su nave, luego de 7 años de fabricación logró poner a vuelo su avión por un total de 10 minutos. “Pajarito” consiguió efectuar muchos otros vuelos después de este, entre ellos, un viaje a Iguazú.

Eduardo Manrique narró la experiencia de su vuelo a Iguazú y reconoció a su mujer como la verdadera heroína del viaje. (S.M.A)

La atención de los espectadores se pronunció cuando Manrique inició su presentación al mediodía. Es experto en la construcción de motores, la pieza más costosa de los aviones experimentales. Según el mecánico, la alternativa más económica es adaptar un motor de auto, pero la técnica dependerá del diseño que se aspira seguir.

Pronto comenzó a sentirse el aroma del asado en progreso, sin duda otra de las atracciones del evento. La camadería no solo permitió el restablecimiento de la asociación hace cuatro años a través de donaciones y préstamos, sino que además atrae a los entusiastas de la aeronáutica a las charlas cada mes. Manfred Block, miembro de la comisión directiva, aclaró: “Es como el que hace su huerta, lo interesante es el camino más allá de si lo terminás o no”.

Manfred Block aclaró: “Lo interesante es el camino más allá de si lo terminás o no”.

Marcos Swchindt, socio de AVEX, añadió: “Construir un avión es un esfuerzo de todos los días”. Por eso, según el piloto, es indispensable estar cerca del proyecto de construcción. Como muchos otros presentes, él también sueña con volar su propio avión y se dedica a diario a avanzar en la fabricación de “El Pichón”, el ultraliviano que descansa en el altillo de su casa.

Swchindt publica el progreso de "El Pichón" en su página de Facebook . (Swchindt)

“La idea es que cualquiera sin tener muchos recursos construya y vuele su propio avión”, explicó Swchindt.

“La idea es que cualquiera sin tener muchos recursos construya y vuele su propio avión”, explicó Swchindt. Esta es la filosofía de AVEX, una asociación que a cincuenta años de su nacimiento, continúa con las puertas del galpón abiertas a cualquier apasionado, experto o no, que sueñe con fabricar su propio avión y, con algo de suerte, volarlo algún día.