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Jorge Malatini, una estrella que vuela y no brilla

Actualizado: 8 abr 2018

SER EL MEJOR REQUIERE DISCIPLINA

Parece un loco, pero el pilar de Malatini es la conciencia: “Creo que la palabra loco se usa en mi caso para decir lo opuesto”, subraya el aeroaplicador.


por: Josefina Armendariz

“Yo nunca tomé ni fumé, la disciplina tiene un sentido”, aclara Malatini. (Foto: JA)












A las 12 del mediodía en la 37° Convención Anual en Vuelo de la Exposición de Aviones Experimentales (EAA) en General Rodriguez, Jorge Malatini era como un cumpleañero en su festejo. Todos lo conocían, muchos estaban ahí solo para ver su espectáculo, pero nadie lograba encontrarlo con facilidad para saludarlo en su día especial. Sin embargo, el piloto de acrobacias más reconocido de la Argentina caminaba de lado a lado y se detenía a conversar interesadamente con conocidos y desconocidos.


“El piloto es un vago, y con vago me refiero a aquel que se levanta a las cuatro de la mañana para ir a divertirse, nosotros salimos a volar, no a trabajar”.


Jorge Malatini no parecía tener en cuenta que la mayoría de las ocho mil personas que pasaron ese sábado 24 y domingo 25 de marzo por el predio de General Rodriguez conocían quién era, qué hacía y probablemente ya lo hubieran visto volar algún verano en la costa argentina o en eventos rurales. No obstante, esta estrella de la aviación solo le presta atención a volar: “A pesar de que la gente me rodea, no lo hago por ellos, lo hago por mí”, afirma.



“Cuando estoy haciendo una acrobacia, no pienso en quienes me están viendo, pienso las otras dos que siguen”, reconoce Malatini. (Foto: gentileza Córdoba Vuela)

Malatini ingresó en el ambiente de la aviación en su pueblo, Carlos Casares, donde nació en el año 1957. Trabajó desde su adolescencia en una empresa de aviación agrícola para estar en contacto con los aviones, colaboraba ad honorem y soñaba con la posibilidad de que lo llevaran a volar algún día. Cumplida su etapa de instrucción, comenzó a pilotear equipos de terceros y luego fundó su propia empresa de fumigaciones. Así, hilvanó poco a poco su delirio por el vuelo, una locura que completó adquiriendo licencias de parapentes, planeador, helicóptero y ultraliviano, entre otras disciplinas. “A mí me divierte todo lo que sea esto, primero fue un divertimento de chico, una curiosidad, después fue una carrera y un trabajo para poder conseguir un lugar para hacer lo que me gustaba. En el fondo no era un trabajo, era una pasión”. Malatini no sería el piloto que es hoy de no haber atravesado esa variedad de aristas del pilotaje.



Jorge Malatini dio presentaciones en las carreras del TC, el Dakar, el Rally Mundial y la Fórmula 1. (Crédito: JA).


Luego de ser comandante de vuelo de Aerolíneas Argentinas y acumular casi 20.000 horas de vuelo, Malatini se dedicó a la aeroaplicación con mayor determinación. Su desempeño en esta área le costó un apodo, “El Loco”, pero confiesa que no le molesta acuñarlo: “Creo que la palabra loco se usa en mi caso para decir lo opuesto. Loco es aquel que no sabe lo que hace, yo estoy lleno de pautas”, asegura. Él no es un loco, porque conoce perfectamente cómo empieza, se desarrolla y termina una acrobacia. Su pasión es tan fuerte, que su perseverancia lo condujo a seguir una rutina estricta y regulada: “El piloto es un vago, y con vago me refiero a aquel que se levanta a las cuatro de la mañana para ir a divertirse, nosotros salimos a volar, no a trabajar”.



La improvisación y la suerte no tienen lugar en su rutina, detrás de las piruetas se esconde lo que él denomina conciencia situacional, edificada por estos pilares. Infografía (JA).

Para llevar una buena presentación, Malatini sigue un montón de pautas y rituales de vuelo al pie de la letra. La valentía de “El Loco” surge de su total conciencia del momento, él compara: “Si tenés un perro, le vas a tener miedo si no sabés si te va a morder o no, pero si lo tocás todos los días y le metés la mano en la boca, el miedo no tiene por qué estar”.


“A pesar de que la gente me rodea, no lo hago por ellos, lo hago por mí”


Malatini es un ejemplo y una inspiración para todo aquel que tiene una pasión. La suya es tan fuerte que él no se detiene a pensar en la gente, o en que él mismo es una estrella. Este hombre solo piensa en volar, en cómo hacerlo correctamente y qué nueva forma podrá tomar, pero esta pasión lo acompañará toda su vida.

Yorumlar


© 2018 Diseñada por alumnos de Comunicación Social de la Universidad Austral para la materia de Géneros y Estilos Informativos.

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