Beverly Brooks: las mujeres pueden volar
- Al Aire
- 5 abr 2018
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 6 abr 2018
LAS MUJERES PUEDEN VOLAR
Beverly Brooks: “a menudo un hombre conectaba la radio y decía "ahí va otra cocina vacía"”
Con 65 años, Beverly se retiró de su trabajo en el aire que le permitió ser parte del 4% de pilotos mujeres que trabajan en aerolíneas alrededor del mundo.
Por Teresita Houssay

En una época en la que no se consideraba que las mujeres contaban con lo necesario para volar, Beverly Brooks nunca dudó en seguir su sueño de ser piloto. Era 1992 cuando perdió su trabajo como asistente de vuelo en Pan Am y decidió mudarse a Florida y entrar en American Flyers Flight School. Después de terminar su entrenamiento consiguió un trabajo como instructora de vuelo. Y de ahí su carrera no hizo más que despegar.
La piloto fue creciendo y escalando en su carrera, pero no fue fácil. Beverly tuvo que enfrentarse permanentemente a distintos desafíos. Sin embargo, nunca se rindió y fue así, haciéndose cargo de cada situación y saliendo adelante, como conforma hoy un ejemplo esperanzador de una mujer que logró lo que muchos le decían que no haría. Entre los desalientos de sus amigos que le decían “estás loca” y “¿qué estás pensando?”, Brooks tuvo la suerte de tener una familia que la apoyaba y la incentivaba a seguir adelante. Con este apoyo puedo atravesar todas las turbulencias que se le presentaban.
“Cuando comencé a trabajar como piloto, cuando una mujer hablaba por la radio a menudo un hombre conectaba la radio y decía "ahí va otra cocina vacía"”, cuenta Brooks con un tono irónico. Estas situaciones no la tomaron por sorpresa, ella sabía bien que entraba en un mundo donde era parte de una escasa minoría. Afortunadamente, en sus primeros días como piloto, su jefe le había advertido que iba a enfrentarse a situaciones como esas. Y le había dado un consejo que ella nunca olvidaría: “Me dijo que siempre debía estar lista porque ser una mujer en esta industria implicaba que me iba a tener que esforzar para hacer las cosas mejor que el hombre para ser considerada igual”. Beverly tomó ese consejo, estudió y se esforzó para estar siempre preparada para todo desafío que se enfrentara. Logró ganarse su lugar y a pesar de algunas excepciones, consiguió llevarse bien con los hombres y ganarse su respeto.
Además de la problemática de ser una mujer rodeada de hombres que la discriminaban por su sexo, la piloto norteamericana hacía frente a otros problemas a la hora de volar. Beverly, quien con una sonrisa ruega que la llames “Bee”, cuenta que ser piloto implica distintas situaciones de riesgo. Por ejemplo, una vez saliendo de un aeropuerto de Nueva York a Bostón con 124 pasajeros, el motor del ala izquierda explotó y ella tuvo que manejarse para aterrizar en otro aeropuerto con todas las personas a salvo.
Y así, con altos y bajos nunca se dio por vencida y logró viajar por todo el mundo: desde Japón, Corea, Egipto hasta África, Alemania Escocia y Estados Unidos. Pero ser piloto no solo la llevó a conocer diversos lugares sino también a mudarse a distintas localidades. Vivió en California, Washington, Nueva York y Florida. Brooks voló para American Flyers, para la organización humanitaria “Hermanos al Rescate”, fue capitana en Cessna 402 e ingeniera de vuelo para Fine Air, fue primer oficial para más de tres aerolíneas. Y eso es solo una parte de su vida que refleja su perseverancia y desarrollo en aquel mundo machista.
A pesar de que es posible notar la nostalgia en su voz, afirma estar agradecida de haber podido tener una carrera tan interesante y sobretodo desafiante, que le ha permitido, no sólo atravesar los distintos cielos, sino también conocer a su marido Iván.
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