El Circo Du Soleil presentó su función Amaluna en Costanera Sur el pasado jueves cinco de abril.
Por: Teresita Houssay
“Es la tercera vez que vengo a verlos y siguen sin defraudarme” - Hombre de 59 años
A las nueve menos veinte la gente empezó a llegar al predio. El público abarcaba un gran rango de edad, desde niños pequeños, adolescentes hasta adultos y gente mayor. En la entrada de la primer carpa, cual tinte de espectáculo, había un snack bar donde ofrecían pochoclos, nachos, bebidas y demás. Encontrabas también distintos stands, algunos donde podias sacarte fotos, y otros oficiales del circo que vendían mercancía inspirada en el show. Ofrecían paraguas, remeras, tazas, bijouterie, máscaras, entre otros.
Faltando cinco minutos para las el comienzo, se le pidió a la gente que entrara a la carpa amarilla y azul para que se sentara en sus respectivos lugares y a las nueve en punto el espectáculo comenzó.
El sorprendente show de la productora de teatro más grande del mundo le rinde tributo al sexo femenino con un elenco conformado en su mayoría por artistas mujeres. La obra está basada en La tempestad de Shakespeare. El relato tiene lugar en una isla gobernada por diosas en donde la vida está guiada por los ciclos de la luna. Cada artista tenía una parte del show exclusiva para él o su grupo, un acto especial para lucirse y por momentos aparecían todos juntos. La suma de todos iba armando la trama de la historia. Tras cada acrobacia, con bocas abiertas y ojos bien abiertos, los aplausos no cesaban. El show estaba constituido por momentos de tensión, otros de risas y otros de sorpresa.
“Hubo momentos en los que casi no podía respirar de la tensión, no quería ni pestañear” Joven de 20 años
La música metía a los espectadores en clima. Casi de la nada fueron apareciendo los artistas. El maquillaje estaba diseñado para ofrecer a cada familia de personajes una apariencia bien definida, al igual que la vestimenta que variaba según a qué grupo pertenecían. Evocaba lo exótico y cada uno tenía su propio estilo según la función que tenían en la historia. Dorado para los espíritus de viento, turquesa para la diosa de la luna, colorado y negro para las tribus de la isla. Cada disfraz servía a la demanda estética como a la acrobática. Los accesorios complementaban a los personajes y los ayudaban a narrar su historia.
“ En un momento miré para el costado y estaban la mayoría con la boca y los ojos bien abiertos, pensé que era el único pero no” - Hombre de 59 años
A las horas frenaron para un intervalo de treinta minutos. La gente salió de la carpa principal y se dirigió a la que estaba en la entrada. Quienes tenían pasaje al Tapis Rouge, la zona VIP, entraron en su carpa exclusiva. Dentro se encontraron con copas de vino tinto y champagne acompañados por diversos bocaditos dulces. Durante esa media hora solo se escuchaban murmullos de la gente emocionada y asombrada por lo que acababa de ver. Todos comentaban lo que le gustó de tal acto o lo que no podía creer de tal otro.
“Me pareció impactante, esta muy bien lograda la sincronía entre el movimiento y la música, cada secuencia me hacía sentir algo distinto” - Mujer de 30 años
Pasado una hora, una voz anunció que todos debían volver a sus asientos para poder continuar con el show. Había cierta velocidad en el tráfico de personas a la hora de volver. Más piruetas y acrobacias, más momentos de risas, trapecios, aros, fuego, agua, colchones y triciclos. Pero ya no solo el público veía, sino que participaba, inclusive en un momento subieron a un espectador al azar al escenario para que baile.
Al finalizar la obra el público se puso de pie y una ovación inundó la carpa.
“Se pasó muy rápido, no quería que termine, quería más y más, no me cansaba de verlo” Joven de 30 años
En la salida todos se quedaban en grupos comentando los grandes momentos del show a tal punto que, como no se movían, los guardias tuvieron que pedir gentilmente que se retiraran.
“Mamá podemos volver a venir” Niño de 8 años
¡Me dieron ganas de ir! Qué linda nota Tere.